En el año 2021, se destapó un escándalo en el que varios países utilizaron el software espía Pegasus, desarrollado por la firma israelí NSO, para espiar decenas de miles de teléfonos inteligentes, incluso los de líderes europeos.
Pero Pegasus no es la única herramienta de espionaje creada por NSO, ya que también existe Landmark, utilizado para recuperar datos de geolocalización desde dispositivos móviles.
Prohibición de Tratar con NSO
Debido a la gravedad del escándalo, el gobierno de Estados Unidos catalogó a NSO como una «amenaza para la seguridad nacional» y prohibió cualquier trato con la empresa. Esto significó que ninguna entidad estadounidense, ya sea empresa o agencia gubernamental, podía utilizar las herramientas de espionaje de NSO.
Sin embargo, en abril pasado, el New York Times reveló que Riva Networks, una compañía especializada en telecomunicaciones, adquirió y utilizó spyware NSO bajo solicitud del gobierno.
Sin embargo, lo sorprendente fue descubrir que la entidad detrás de la «orden» era, de hecho, el propio FBI.
El FBI Investiga y Encuentra Culpables Internamente
La Casa Blanca declaró que desconocía la entidad responsable y solicitó al FBI que investigara. Pero para sorpresa de todos, la investigación reveló que el culpable era el propio FBI.
La agencia proporcionó a Riva Networks números de teléfonos móviles mexicanos que se creía utilizaban narcotraficantes y fugitivos, para que la empresa los localizara. Sin el conocimiento del FBI, Riva Networks utilizó el spyware Landmark de NSO para esta operación.
A pesar de que el FBI canceló su contrato con Riva Networks después de darse cuenta de la situación, aún quedan muchas interrogantes sin respuesta. ¿Por qué el FBI contrató a esta empresa para esta operación? ¿Cómo se perdió el hecho de que se utilizara el spyware de NSO?.
Además, existe la posibilidad de que otras instituciones del gobierno de los EE. UU. también estén involucradas en operaciones similares, ya que Riva Networks tiene contratos con el Departamento de Defensa, la Administración de Control de Drogas y el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea.
Una Amenaza Interna
Este escándalo pone en evidencia la complejidad y los riesgos del espionaje y la ciberseguridad en el contexto gubernamental. Las acciones del FBI y la utilización del spyware NSO plantean interrogantes sobre la transparencia y la responsabilidad en el uso de estas herramientas.
Es evidente que el espionaje digital y el uso de software espía plantean desafíos éticos y legales en la era de la tecnología, y esta revelación del FBI es un claro ejemplo de cómo una amenaza puede surgir desde el interior de las instituciones gubernamentales.
La Necesidad de una Mayor Supervisión
Ante este escándalo, se pone de relieve la necesidad de una mayor supervisión y regulación en el uso de tecnologías de espionaje y vigilancia por parte de los organismos gubernamentales. La falta de control y transparencia puede llevar a situaciones comprometedoras y a violaciones de la privacidad de los ciudadanos.
Es fundamental establecer políticas claras y mecanismos de rendición de cuentas para garantizar que estas herramientas se utilicen de manera ética y responsable, protegiendo así los derechos y la seguridad de las personas.
El escándalo del spyware Pegasus y Landmark es solo la punta del iceberg en lo que respecta al espionaje digital en el ámbito gubernamental. A medida que avanza la tecnología, surgen nuevos desafíos en el campo de la ciberseguridad y la vigilancia.
Es esencial que los gobiernos y las instituciones establezcan políticas sólidas y adopten medidas para garantizar que el uso de estas tecnologías esté regulado y sea transparente. Solo de esta manera se podrá proteger la privacidad y la seguridad de los ciudadanos en un mundo cada vez más interconectado y digitalizado.
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