En comparación con la mayoría de las batallas legales, esto podría significar el fin del paraíso para Apple. Que no cualesquier empresa sea capaz de establecer sus reglas de juego. Que los poderes dominantes, debidamente aglutinados en torno a quienes les sirve, no dicten toda nuestra vida.
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Desmantelando el Muro de Vergüenza de Apple
El «escándalo» central de la demanda es que Apple ha montado un «monopolio del iPhone«: un plan que trasciende simples aparatos móviles para entrar –como atinadamente señala el escrito– en campo después de campo, desde servicios financieros y de salud hasta entretenimiento y otros tantos más.
Este enfoque, según la demanda, ha restringido la competencia y ha extendido sus efectos a una gama más amplia de campos, reprimiendo la innovación elevando los costos para consumidores y productores por igual.
La Batalla de la Innovación y la Libertad del Mercado
El Departamento de Justicia está especialmente preocupado por la forma en que Apple utiliza las reglas de la App Store para ejercer su poder de mercado, posturas que considera representativas de competencia ilícita.
La demanda apunta a romper el ecosistema de Apple mediante una competencia más amplia y diversa, algo que podría alterar radicalmente la manera en que los desarrolladores de aplicaciones operan y cómo los consumidores disponen de ellas.
Este litigio está destinado a remodelar el paisaje tecnológico, creando un entorno abierto a innovación y competencia.
Este litigio se puede deber gran parte de su conclusión a todo el sector tecnológico, no sólo a Apple. Refleja una nueva etapa en que las gigantes tecnológicas son vigiladas y reguladas de manera más estricta, puede verse ésta tendencia en todo el mundo y con la Unión Europea con la Digital Markets Act (DMA).
La respuesta de Apple a la demanda subraya su posición:
Este juicio pone en peligro la integración de su hardware, software y servicios, que entiende esencialmente las exigencias de sus clientes según sus peticiones.
Este litigio no es únicamente una batalla por el presente sino también por el futuro de la innovación, competencia y libertad en mercado tecnológico.
Muy bien podría suceder que, a medida que el mundo observa, el resultado de esta demanda siente un precedente crítico para lo que futuras democracias y regulaciones corporativas habrán de buscar en la era de poderes.
¿Crees que esta demanda cambiará el panorama tecnológico y fomentará más innovación, o fortalecerá aún más el control de las grandes empresas sobre el mercado? ¡Comparte tus pensamientos!.
