Desde finales de 2024, la Unión Europea ha dado un paso firme hacia la estandarización tecnológica: todos los nuevos productos electrónicos deberán incorporar el puerto USB-C como método de carga. Con es medida, se busca reducir los residuos y simplificar la experiencia del consumidor, pone fin a los cargadores propietarios y sienta las bases de una interoperabilidad real entre los dispositivos.
Sin embargo, este cambio no solo afecta a los smartphones, sino que a partir de 2028 se extenderá a casi todos los dispositivos electrónicos recargables, desde los pequeños electrodomésticos hasta los equipos profesionales. La Comisión Europea pretende garantizar una mayor sostenibilidad, un menor impacto ambiental y un ahorro económico a largo plazo para los ciudadanos.
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La norma USB-C será obligatoria en casi toda la electrónica para 2028
El requisito del cargador universal USB-C ya se aplica desde el 28 de diciembre de 2024 a categorías como: teléfonos, tabletas, cámaras, auriculares, consolas portátiles o lectores electrónicos. Sin embargo, la Comisión Europea ha confirmado que este plan se ampliará a otros productos a lo largo de los próximos años.
El cambio concreto que introducimos hoy en relación con las fuentes de alimentación externas ahorrará dinero a los europeos, reducirá su impacto ambiental y demuestra que la innovación puede ser un motor de progreso y responsabilidad, señaló Dan Jørgensen, Comisario Europeo de Energía y Vivienda.
Excepciones limitadas y adiós a los cables integrados
Aunque la gran mayoría de los dispositivos deberán adaptarse al nuevo estándar, la EU prevé excepciones especificas para: equipos médicos, juguetes infantiles, aparatos que entren en contacto directo con el agua o dispositivos fijos, como sistemas empotrados o cargadores de vehículos eléctricos.
Una novedad importante es la prohibición de los cargadores con cable integrado, una práctica habitual en los monitores, Tv o portátiles. A partir de ahora, el cable deberá poder reemplazarse fácilmente si se daña, lo que reducirá los residuos y permitirá las reparaciones más económicas.
Con esta medida busca poner fin a las soluciones propietarias que dificulten la reutilización. Por otra parte, los fabricantes deberán garantizar que sus cargadores sean intercambiables entre otras marcas y productos, consolidando así el USB-C como un estándar energético universal.
Nuevas etiquetas y control de calidad para cargadores y cables USB-C
La Union Europea también lanzará el logotipo de Cargador Común de la EU, una etiqueta que identificará los accesorios compatibles con los nuevos requisitos. Para obtenerla, los nuevos cargadores deberán incluir al menos un puerto USB-C, ofrecer protección contra sobretensiones y cumplir los estándares de eficiencia energética y Power Delivery.
El complimiento de todas estas exigencias se aplicarán primero a los accesorios incluidos con los dispositivos ya regulados, y posteriormente, a las portátiles en 2026 y al resto de productos de electrónica en 2028. De acuerdo a las proyecciones de Bruselas, estas normas podrían reducir el consumo energético de las fuentes de alimentación de un 3% anual para 2035, además de disminuir las emisiones contaminantes en más del 9%.
El ahorro económico para los consumidores también será notable: unos 100 millones de euros al año gracias a la menor necesidad de comprar múltiples cargadores o cables específicos. Así pues, el cargador universal USB-C marca un antes y un después en la industria tecnológica; más allá de la comodidad, representa un cambio estructural hacia una tecnología más sostenible, reparable y duradera, que prioriza la eficiencia sin frenar la innovación.







































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