Hablar de Windows 95 es como recordar una fiesta icónica de los años 90: todos querían estar ahí, pero nadie entendía completamente cómo funcionaba. ¡Y no era para menos! – Este sistema operativo, que marcó un antes y un después en la informática personal, escondía un secreto técnico que ha sido revelado tres décadas después por Raymond Chen, veterano de Microsoft.
¿Por qué era necesario cambiar entre MS-DOS, Windows 3.1 y finalmente Windows 95 durante la instalación? – ¡Prepárate para un viaje al pasado lleno de nostalgia y genialidad técnica!.
La complejidad detrás de instalar Windows 95
Para empezar, instalar Windows 95 no era simplemente hacer clic en “Siguiente, Siguiente, Finalizar”. El proceso implicaba una transición quirúrgica a través de tres sistemas operativos: MS-DOS, una versión minimalista de Windows 3.1, y finalmente, el glorioso Windows 95.
Pero, ¿por qué tanto enredo? Microsoft, lejos de complicarse la vida sin razón, diseñó este enfoque para lidiar con las limitaciones técnicas de los años 90 y ofrecer una solución unificada a los usuarios.
Según Chen, escribir tres instaladores distintos habría sido una locura. En su lugar, el equipo de Microsoft ideó un sistema que permitía usar un único código para todos los escenarios de instalación.
La clave fue Windows 3.1 “lite”, una versión mini que corría sobre MS-DOS y servía como trampolín para la instalación gráfica principal.
El instalador en tres actos: una obra maestra de ingeniería
El proceso se dividía en tres fases, cada una cumpliendo un propósito específico:
- Inicio desde MS-DOS: Aquí se cargaba la versión mínima de Windows 3.1. Este paso inicial garantizaba la compatibilidad con las configuraciones existentes de los usuarios.
- El corazón del instalador: Una aplicación gráfica de 16 bits que manejaba las tareas más intensas: desde la detección de hardware hasta la selección de componentes.
- Finalización en 32 bits: Bajo el recién instalado Windows 95, se llevaban a cabo las configuraciones finales, como impresoras y ajustes específicos.
Una solución brillante inspirada en el pasado
Este enfoque, según explica Chen, se inspiró en experimentos previos como Excel para Windows 2.1, que ya incluía una versión en tiempo de ejecución de Windows.
La genialidad detrás de esta estrategia radicaba en su capacidad para simplificar el mantenimiento del código y garantizar una experiencia de usuario más consistente, incluso en una época donde las computadoras eran tan caprichosas como los teléfonos plegables.
La nostalgia técnica que nunca muere
Hoy, Windows 95 es más que un sistema operativo; es un símbolo de innovación y perseverancia. Resolver este enigma técnico no solo arroja luz sobre los desafíos que enfrentó Microsoft, sino que también resalta la creatividad detrás de cada línea de código.
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