Si eres uno de esos usuarios fieles a Windows 10 que aún no ha migrado a Windows 11, ¡esto te interesa! Microsoft ha anunciado que, a partir de 2025, los usuarios tendrán que pagar una suscripción anual de $30 para recibir las actualizaciones de seguridad que protejan su equipo de las amenazas cibernéticas más recientes. ¿Por qué? A partir de octubre de ese año, Windows 10 dejará de recibir soporte de seguridad gratuito, por lo que quienes quieran seguir protegidos tendrán que considerar esta suscripción al programa de Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESU).
El programa ESU permitirá a los usuarios seguir recibiendo parches mensuales críticos, un gran respiro para quienes tienen dispositivos que no soportan Windows 11 debido a limitaciones de hardware, como la falta de TPM 2.0. Así, aunque tu PC no sea la más nueva, podrás mantenerla a salvo con este plan anual de 30 dólares. Pero, ¿realmente vale la pena?.
¿Qué implica la suscripción ESU para Windows 10?
El programa ESU de Microsoft no es nuevo para el ámbito empresarial, pero ahora se ha ampliado para incluir a consumidores individuales. Anteriormente, solo grandes empresas podían optar por extender la seguridad de sus sistemas.
Ahora, con esta suscripción abierta al público, los usuarios domésticos podrán recibir actualizaciones de seguridad críticas, sin mejoras de funcionalidad ni nuevas características, pero con protección esencial contra vulnerabilidades. Este cambio estratégico ofrece tiempo a empresas y particulares que aún no están preparados para el salto a Windows 11.
¿Cómo funcionan las actualizaciones de seguridad en el programa ESU?
A partir del 1 de noviembre, Microsoft incluirá el programa ESU 5×5 en la lista de precios de licencias por volumen. La activación se hará a través de una clave que los usuarios pueden aplicar a cada dispositivo con Windows 10.
En el caso de los clientes empresariales, el precio es más elevado: las empresas deberán pagar $61 por dispositivo durante el primer año y esta tarifa se duplicará en los dos años siguientes, alcanzando un máximo de tres años.
Esto significa que aquellas organizaciones que no puedan actualizar a Windows 11 antes de 2025 tendrán tiempo adicional para gestionar su transición, pero a un costo acumulativo.
¿Qué pasa si no pagas la suscripción?
A partir de octubre de 2025, los dispositivos que utilicen Windows 10 y no cuenten con la suscripción ESU dejarán de recibir cualquier tipo de soporte de seguridad, lo que los hará vulnerables a ciberataques.
Este cambio coloca a los usuarios frente a una elección importante: invertir en seguridad o asumir el riesgo de quedarse sin protección en un sistema que seguirá siendo funcional, pero expuesto a las amenazas del entorno digital.
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